Poesías de Ramiro
Los pastores
Ramiro Sánchez (poesías 2007)
Todos los días contemplamos
Homenajes a las personas mayores
Y yo pienso para mí
Para cuando, corresponde a los pastores.
He recorrido España
Y contemplo con asombro
Sólo he visto un monumento dedicado al pastor
En el pueblo de Pancorbo.
En la isla de Tenerife
También guardan un recuerdo
En una estatua de bronce
Dedicada, a los pastores y al perro.
Ahora es tierra de turistas
Para descanso y recreo
Pero antiguamente
Fue tierra de pastoreo.
Hay que ver cuanto homenaje
A los artistas y actores
Pero que poco recuerdan
A los antiguos pastores.
Cuando iban a Extremadura
Al rebaño arreando
Los dueños iban en burro
Ahora ya van a caballo.
También llevaban un burro
Para cargar además, del compango y la bota
Alguna oveja cansada
O la que estuviera coja.
El burro todos los años
Se esquilaban, desde las orejas al rabo
Y en el lomo figuraba
Las iniciales del amo.
También llevaban alforjas
Cuando parían las ovejas
Para meter los corderos
Sólo se les veía la cabeza.
Se decía de los pastores
Que habitaban en dos casas
Una en Extremadura
Y la otra en la moraña.
Existían jerarquías
Como cuerpo militar
Pues además del pastor
Formaban parte el mayoral y el zagal.
Al paso de las ovejas
Se asomaban a la esquina
Mira ya viene el rebaño
Pues ya vienen las merinas.
Pasaban algunas veces
Al terminar de las eras
Pero no eran las merinas
Estas eran morañegas.
Ya no veo ovejas negras
Las que veo todas son blancas
Los malvados dicen que existen
Pero sólo con dos patas.
Cuando iban por los cordeles
Se le oía a la legua
La zumba de los carneros
Y piquetas las ovejas.
En estos trayectos largos
Nunca podía faltar
Un perro bien entrenado
Sólo les faltaba hablar.
También llevaban la fama
De ser buenos cocineros
Pues entre el monte y las jaras
Se perdía algún cordero.
Cocinaban en calderos
Nunca daban la receta
De guisar las machaconas
Tampoco la caldereta.
Los pastores en los pueblos
Su vida era penosa
Pues tenían que dormir
En el pajar o en la choza.
Al llegar a la majada
La imagen era preciosa
Salían los perros ladrando
Las ovejas en el redil, y el pastor junto a su choza.
En época de verano
Pastaban de madrugada
Cuando calentaba el sol
Las ovejas se acarraban.
Las horas del acarreo
El pastor lo aprovechaba
Para ir a comer al pueblo
Y dar una cabezada.
También ayudaba, en las faenas del campo
En la época de verano
Tanto el pastor como el perro
Siempre fieles a sus amos.
Aunque estaban en el campo
Siempre fueron unos linces
Cogían liebres en la cama
Y con lazos las perdices.
Nos contaban muchas cosas
Algunas no los olvido
Pues decían que ponían
Dos perdices en un nido.
El morral con sus dibujos
Tenía buena presencia
El material era bueno
Los compraban en Plasencia.
La cuerna de beber agua
Mantenía las raíces
Siempre era de cuerno blanco
Y en el pintada una Virgen.
A la Virgen de la cuerna
La rendían sus honores
Por eso siempre la Virgen
Se aparecía, en la Dehesa a los pastores.
Cuando iban a dar la nueva
Muy contentos y gozosos
La gente no les creía
Decían que estaban locos.
Una noche muy oscura
La Virgen volvió a la encina
Dejando un rayo de luz
Que parecía ser de día.
Ante tanta evidencia
La gente ya rectifica
Levantan un monumento
Y construyen una ermita.
Sólo dos días al año
Para ellos era un recreo
Su fiesta del día de San Pedro
Y el día del esquileo.
El pastor y esquiladores
Bebían, bebían sin freno
Si cortaban a las ovejas
Siempre decían, MORENO.
Yo también fue pastor
De forma circunstancial
Si es por categorías
No llegaría ni a zagal.