El potro en plena acción. Aquí vemos a Nisio, el herrero, y Victor
Jimenez, seguramente el propietario de la vaca que estaban herrando.
Vista frontal, ésta es la imagen que tenían los visitantes del
pueblo al entrar por cualquiera de sus dos entradas principales.
Vista lateral, está un poco deteriorada, pero creo que merece la
pena.
Este arco, situado en la parte de atrás, era por donde entraban las
vacas para ser herradas. Estaba formado por dos troncos de encina
anclados al suelo y unidos por unas barras de hierro en la parte
superior.
Vista frontal, al yugo sujeto por los pilares de piedra se ataban
las vacas por los cuernos con unas cintas de cuero. La cadena que
puede verse debajo nunca he sabido para qué servía, pero era muy útil
para poner los pies cuando nos sentabamos encima del yugo.