Poesías de Antonio
Niñez y adolescencia
José Antonio Sánchez (poesías 2014)
A diario acudían,
cada uno a su escuela
que por separado tenían.
Las niñas y niños
escuela tenían,
ahora ya no existen
ni las casas de los maestros que en ellas
vivían.
El maestro que tuvimos
que mucho nos enseñaba,
castigado nos dejaba en la escuela
y él a comer se marchaba.
Cantando se entraba en la escuela
se hacía igualmente al salir,
se aprendían muchas cosa
difícil de repetir.
Para reducir el frio
una lata de brasero,
el asa se ponía ardiente
y nos quemaba los dedos.
De pequeño yo jugué
en el río Cantarranas,
mucho me divertía
cuando el agua estaba helada.
Jugábamos a la peonza
a la rayuela y el lis,
a veces se oscurecía
dejándolo para cenar y dormir.
Los mozos de Arevalillo
ya se van por el cordel,
cantando con mucho gozo
a la fiesta Zapardiel.
Ya se han ido mis amigos
y yo también quiero ir,
he cavado los garbanzos
y me quiero divertir.
Arando estaba yo un día
en tierra llana sin abrigo,
malamente se labraba
por ser tan fuerte el hostigo.
Mucho esmero se ponía
en hacer los surcos bien derechos,
las chicas bien se fijaban
cuando se hacia el barbecho.
Segando en julio yo trigo
en la finca me quedé,
en el valle entre dos surcos
de esa forma descansé.
Los grillos cantaban
y la luz de la luna me daba en mi cara,
¡y yo me decía!
mejor estaría, con mi Madre en casa.
¡Ella me escuchaba!
¡a la vez me decía!
vente hijito mío
me das alegría.
Ese camino aprendido
que nunca ha sido olvidado,
distinto es lo de ahora
que todo ha sido cambiado.
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